
En la década del setenta,los alumnos de secundaria acostumbraban rezar al inicio de cada clase. La oración que se rezaba es la siguiente:
"ESPÍRITU SANTO, FUENTE DE LUZ, ILUMINA EN ESTA HORA NUESTRAS INTELIGENCIAS PARA QUE PODAMOS DAR CABIDA EN ELLAS A LA CIENCIA. HAZNOS DÓCILES A LA VOZ DE NUESTROS MAESTROS. AMÉN".
Es conveniente recordar que la Docilidad consiste en tener disposición para el aprendizaje.